La inquebrantable dedicación del director de Tekken 8, Katsuhiro Harada, a la franquicia a veces ha chocado con la estructura corporativa de Bandai Namco. Conocido por su vena rebelde y su negativa a ceder, incluso enfrentando la reacción de los fanáticos, el enfoque de Harada no siempre ha sido plenamente aceptado dentro de la empresa. Su compromiso con Tekken, incluso desafiando las expectativas, en ocasiones ha tensado las relaciones con sus colegas.
El espíritu independiente de Harada tiene sus raíces en su juventud, donde sus padres inicialmente desaprobaron su pasión por los juegos e incluso su elección de carrera en Bandai Namco. A pesar de sus reservas iniciales, desde entonces aceptaron su éxito.
Incluso después de alcanzar la antigüedad y una reasignación a la división editorial de Bandai Namco como jefe de desarrollo comercial global, Harada desafió reglas tácitas. Participó activamente en el desarrollo futuro de Tekken, contrariando la tendencia de que los desarrolladores hagan la transición únicamente a roles administrativos, a pesar de que esto queda fuera de sus responsabilidades oficiales.
Este espíritu rebelde se extendió a todo su equipo de Tekken, a quienes Harada se refiere en broma como "forajidos" dentro de Bandai Namco. Sin embargo, su compromiso inquebrantable con la serie Tekken ha contribuido sin lugar a dudas a su éxito continuo.
Sin embargo, el reinado de Harada como líder rebelde de Tekken puede estar llegando a su fin. Ha declarado que Tekken 9 será su proyecto final antes de jubilarse. Queda por ver el futuro de la franquicia y si su sucesor podrá mantener el legado de la serie.